ESTILO EDUCATIVO
INTRODUCCIÓN
Al comenzar el siglo XXI, queremos renovar este estilo educativo propio en el que se sienten identificados tanto los hermanos que trabajan en la escuela como el conjunto del profesorado que durante años lo ha ido haciendo suyo y, naturalmente, también los que se van incorporando a los diferentes centros.
A lo largo de los años, Marcelino Champagnat y los Hermanos Maristas hemos ido creando una manera de ser educadores entre los niños y los jóvenes y una manera de actuar dentro y fuera de la escuela.
El reto para unos y otros es "sentirnos tocados de una manera única por el espíritu de Marcelino Champagnat", sabiendo que entre todos hacemos y "seguimos un mismo camino de amor, de esperanza y de servicio" a la Iglesia y a la comunidad más inmediata.
Estamos convencidos de que, antes de dar un bagaje cultural a nuestros alumnos, tenemos que sentirnos educadores: sólo podemos educar a los alumnos si vivimos todo lo que creemos, si somos todo lo que vivimos. Si nuestras palabras y nuestras actitudes son coherentes con lo que transmitimos, haremos de nuestros alumnos personas dignas, honradas, justas, solidarias, mujeres y hombres de paz, mujeres y hombres de Evangelio.
Hay factores, como el individualismo pedagógico, la rutina profesional o la incoherencia entre el proyecto y la realidad, que han influido en nuestra tarea escolar. Pero se trata de actitudes que vamos superando cuando descubrimos que todos somos necesarios y que entre todos nos complementamos; cuando nos damos cuenta de que el espíritu de familia anima a "la comunidad educativa" y "al educador marista" y favorece unas relaciones de amistad y de confianza que son un signo de unidad y que hacen posible un proyecto pedagógico con el cual todos nos sentimos identificados.
En un grupo humano como el nuestro es comprensible que surjan discrepancias e incluso opiniones contrarias, sobre todo por lo que hace a la manera de actuar. No obstante, animados por el espíritu del Evangelio encontraremos los puntos de comunión y seremos capaces de elaborar un proyecto fundamentado en relaciones de comprensión y de amistad.
Con la presentación del documento Estilo Educativo Marista al conjunto del profesorado, hermanos y seglares queremos renovar la línea de la identidad marista como educadores y manifestar un compromiso de coherencia entre las escuelas y los educadores maristas.
I. ANTE SÍ MISMO
Somos educadores cristianos que trabajamos en una escuela marista, con un estilo, una manera de ser y de hacer que inspira todos nuestros actos. No nos podemos dejar guiar sólo por pensamientos subjetivos. Hay unas pautas que nos ayudan y nos sirven de guía tanto dentro como fuera de la escuela: ser sencillos, vivir los valores del Evangelio, tener espíritu de esfuerzo y de superación constantes, actualizarnos profesionalmente. Todas estas actitudes básicas nos identifican como educadores maristas.
1.1 Una pedagogía de la sencillez
Consideramos sencillo el estilo de vida caracterizado por unas actitudes personales de honradez, cordialidad, transparencia, humildad y respeto a las personas ya las ideas. Líneas de actuación:
Somos sencillos en el lenguaje y en la comunicación.
Valoramos y aceptamos a los compañeros tal como son.
Somos accesibles para todas las personas relacionadas con la comunidad educativa: padres, profesores, alumnos, animadores, colaboradores y personal de administración y servicios.
1.2 Una pedagogía de la vivencia cristiana al estilo de María
Educamos a los niños y jóvenes inspirándonos en las actitudes evangélicas propias de María: acogida, servicio, compromiso, presencia, fidelidad.
Líneas de actuación:
Somos conscientes de que todos formamos parte de la Pastoral del colegio.
Impregnamos de valores cristianos y marianos las actividades y los espacios escolares.
Orientamos el corazón de los jóvenes hacia Jesús a través de María.
Valoramos la educación de la fe y promovemos la religión y la participación en actividades religiosas y en grupos de fe.
Seguimos el modelo de Marcelino Champagnat y de su estilo educativo.
1.3 Una pedagogía de la motivación y de la competencia profesional
Creemos en el trabajo que hacemos y somos conscientes de la importancia que tiene en el mundo de hoy. Sabemos reconocer las dificultades diarias, convertirlas en retos de superación personal y evitamos el estancamiento. El trabajo de los educadores implica esfuerzo y constancia en su tarea educativa.Líneas de actuación:
Compartimos con los compañeros los aciertos y las dificultades concretas. Somos receptivos a sus opiniones y buscamos acciones conjuntas.
Sabemos reconocer los éxitos y los errores propios y ajenos.
Nos adaptamos a los ritmos de aprendizaje de los alumnos.
Estamos abiertos a las innovaciones pedagógicas, a las necesidades educativas de la sociedad y sabemos dar respuestas adecuadas y prácticas.
Participamos periódicamente en actividades de formación permanente de los ámbitos pedagógico, social y de formación religiosa.
Programamos las actividades de ciclo con los compañeros y preparamos bien las actividades de clase.
Organizamos el tiempo de manera que podamos realizar, con calidad, todo el trabajo programado.
2. ANTE LA ESCUELA
Desde la época del padre Marcelino Champagnat hasta nuestros días, nuestra escuela ha ido desarrollando una presencia propia en el mundo de la educación. Este estilo propio se caracteriza por el espíritu de familia y la solidaridad, dos valores educativos que debemos profundizar para potenciar la identidad como Escuelas Maristas. Gracias a las reflexiones pedagógicas más actuales, incorporamos otro valor a la tarea educativa: el espíritu de equipo. Éste nos permite superar el individualismo, escucharnos y buscar el consenso.
2.1 Una pedagogía de la vida de familia.
Trabajamos para que, en la escuela y en su entorno, todo el mundo se encuentre como en su casa. Damos prioridad al espíritu de acogida, de aceptación y de pertenencia, para que todos nos sintamos lo bastante valorados y queridos como para poder constituir una comunidad educativa.
Líneas de actuación:
Favorecemos la acogida y la integración de los nuevos educadores en el equipo educativo. Las personas que se incorporen por primera vez a nuestros centros han de saber, en todo momento, que tienen el apoyo del resto de compañeros.
En el funcionamiento y la gestión de los centros educativos, damos prioridad al valor de la persona y al trato humano.
Para poder desarrollar un buen trabajo de equipo y de proyección hacia los alumnos, es importante que exista una buena relación entre todo el profesorado.
En circunstancias difíciles, nos solidarizamos con los compañeros.
Promovemos y realizamos actividades conjuntas de padres, profesores, alumnos y animadores.
2.2 Una pedagogía de la solidaridad.
La escuela es sensible a las realidades del mundo. Desvelamos el sentido crítico y tomamos posición ante las injusticias sociales y las desigualdades. Fomentamos el respeto y la tolerancia en una sociedad plural y diversa.
Líneas de actuación:
Fomentamos un clima de convivencia en la pluralidad.
Estamos atentos a los problemas de la sociedad y buscamos medios que ayuden a resolverlos.
Potenciamos el compromiso social de la comunidad educativa (campañas solidarias).
2.3 Una pedagogía de equipo.
La pedagogía de equipo supone compartir el trabajo, favoreciendo la toma de decisiones entre los miembros del grupo y la colaboración en las tareas comunes. Líneas de actuación:
Aprendemos a trabajar y programar en equipo.
Entre los compañeros de ciclo u otros profesores tiene que haber un diálogo abierto y franco en cuanto a métodos y estrategias para mejorar los resultados.
Llevamos a cabo las decisiones tomadas por los equipos del centro.
Promovemos la colaboración con todos los grupos de la comunidad educativa (asociaciones de tiempo libre, APA...).
3. ANTE LOS ALUMNOS
"Para educar a los jóvenes hay que amarlos, y amarlos a todos por igual."
Utilizamos nuestra sensibilidad para mostrarnos cercanos a los alumnos; tenemos un trato sencillo y cordial con ellos, incluso en los momentos de mayor exigencia; y procuramos, en todo momento, que los alumnos sepan que los amamos.
La mayor parte de la presencia educativa se realiza en el aula y no es bueno que cada uno de los educadores actúe por su cuenta. Debemos hacer una propuesta de equipo coherente y tener criterios sobre cómo actuar pedagógicamente con los alumnos. Decidimos cómo trabajar el espíritu de superación y de constancia, cómo enseñar los contenidos de nuestras materias, cómo educar para la convivencia y el buen espíritu entre los alumnos.
3.1 Una pedagogía humana cercana a los niños y a los jóvenes
Debemos tener la capacidad de relacionarnos de una manera cercana con los alumnos; conocer sus opiniones, sus intereses y sus necesidades para poder acompañarlos en su crecimiento.
Líneas de actuación.
Mostramos siempre una actitud disponible y establecemos con ellos una relación de confianza, escucha y afectividad.
Acompañamos a los niños y a los jóvenes en su desarrollo y conocemos sus necesidades en las diferentes circunstancias de la vida escolar, familiar y social.
Atendemos a los niños y a los jóvenes con necesidades educativas especiales, a los inmigrantes y a los que provienen de ámbitos de educación no formal.
Favorecemos el desarrollo de los sentimientos y de la sensibilidad.
También favorecemos el diálogo, la entrevista, la relación informal y la presencia entre los alumnos.
3.2 Una pedagogía de la presencia y de la sencillez.
Tenemos la capacidad de ser cercanos, francos y respetuosos con los niños y los jóvenes a través de un trato cordial, afectuoso y sencillo.
Líneas de actuación:
Estamos presentes entre los niños y los jóvenes, dentro y fuera del aula, para favorecer la relación y el buen clima de convivencia.
Acogemos a todos los alumnos de la misma manera, sin distinción de clase social, raza, religión, etc.
Trabajamos para que las relaciones entre los alumnos se basen en el respeto, la aceptación mutua y la amistad.
3.3 Una pedagogía de la educación para la vida y la integración en la sociedad.
Hemos de ser capaces de orientar con sentido crítico y de favorecer la autonomía y la responsabilidad.
Líneas de actuación:
Damos una orientación personal y vocacional mediante la tutoría individual y grupal y el Departamento de Orientación.
Favorecemos un aprendizaje con sentido crítico tomando como modelo el Evangelio.
Desarrollamos la capacidad de trabajo en equipo y organizamos la clase en grupos de trabajo y comisiones.
Educamos a los alumnos en la responsabilidad personal, escolar y ciudadana.
Favorecemos el contacto con el mundo del trabajo.
Educamos la autonomía personal y para la toma de decisiones.
Fomentamos entre los alumnos un clima de solidaridad y de convivencia en la pluralidad.
Abrimos los ojos de los alumnos a las miserias humanas cercanas y lejanas.
3.4 Una pedagogía de la motivación y la superación personales.
Queremos estimular e incentivar al alumno para que tome el camino más adecuado para conseguir los objetivos finales, según su personalidad, sus intereses, su realidad grupal.
Líneas de actuación:
Seguimos la evolución del alumnado y valoramos positivamente cualquier acierto.
Realizamos campañas de sensibilización o de motivación. Es necesario motivar la lectura personal, el esfuerzo y la superación, la convivencia, el orden y la limpieza.
En las clases, dedicamos tiempo a trabajar las técnicas de estudio.
Sistemáticamente, proponemos ejercicios de autoevaluación que estimulen la superación personal.
En el aula, fomentamos el aprendizaje en grupos.
3.5 Una pedagogía del trabajo, del esfuerzo y de la constancia
Utilizamos la repetición, la exigencia, la disposición y la planificación de tareas educativas como herramientas pedagógicas, pero sin caer en el aburrimiento, el desinterés y la monotonía.
Líneas de actuación:
Proponemos a los alumnos actividades y trabajos sencillos, pero adecuados para crear el hábito del estudio y del trabajo personal.
Les enseñamos a descubrir la dignidad del trabajo bien hecho y estimulamos su creatividad y esfuerzo para que puedan ejercer su profesión.
Formamos la voluntad y el carácter de nuestros alumnos con valores sólidos que fundamenten la vida.
Atendemos a los alumnos con más dificultades mediante actividades de repetición y otras actividades adecuadas.
Cuidamos la presentación y la realización de los trabajos y las actividades escolares.
3.6 Una pedagogía de la claridad, del paso a paso y de la experimentación.
Nuestros educadores, en su trabajo, se expresan con concisión de ideas, están atentos al ritmo de cada uno de sus alumnos y fomentan el aprendizaje por la experimentación.
Líneas de actuación:
Las explicaciones son claras y cortas y deben establecerse pasos escalonados y progresivos en el trabajo escolar.
Al iniciar un nuevo trabajo, se tienen que repasar los conocimientos previos pertinentes y establecer un ritmo de trabajo equilibrado con momentos de máximo rendimiento y con otros de distensión.
Se debe establecer un uso frecuente y programado de los espacios y las herramientas (laboratorios, biblioteca, talleres, informática...) que favorezca la observación y la experimentación práctica.
Debemos reforzar los contenidos con técnicas diversas: actividades en la pizarra, trabajos por grupos, uso de gráficos y esquemas, medios audiovisuales y nuevas tecnologías.
Es necesario favorecer la participación y la aportación de experiencias personales de los alumnos.
El profesorado responsable del aula ha de ocuparse de su ambientación para favorecer el aprendizaje.
3.7 Una pedagogía de los aprendizajes instrumentales.
Son los aprendizajes que sirven de base al resto de conocimientos.
Líneas de actuación:
Cuidamos la expresión y la comprensión oral y escrita.
En cada nivel educativo, favorecemos el cálculo mental y también la ortografía.
Razonamos y globalizamos los diferentes aprendizajes.
Utilizamos medios audiovisuales, recursos bibliográficos y nuevas tecnologías en las actividades de aprendizaje.
3.8 Una pedagogía de la convivencia.
Es la pedagogía basada en "vivir con...", que importa comunicación, relación, respeto, compartir.
Líneas de actuación:
Al comenzar el curso, el profesorado tiene que exponer y comentar las normas de convivencia del grupo.
Tenemos que favorecer las interrelaciones y el diálogo dentro y fuera del aula.
El profesorado es responsable del cumplimiento de las normas de convivencia entre los alumnos, así como también de la aplicación de las medidas adecuadas en caso de que no se respeten.
Tenemos que ayudar a reflexionar al alumnado sobre su responsabilidad ante la colectividad.
Se tienen que programar días de convivencia y actividades artísticas, culturales, religiosas, deportivas y momentos festivos en el aula y en el colegio.
3.9 Una pedagogía de la creatividad.
Si queremos que los niños sean creativos, tenemos que conocerlos y amarlos. Sólo entonces podrán desarrollar una mente abierta y serán capaces de encontrar respuestas y soluciones nuevas ante la vida.
Líneas de actuación:
Acompañamos a los jóvenes en su camino para que lleguen a ser los actores de su aprendizaje y de su formación.
Provocamos a los alumnos para que sepan expresar su propia experiencia y permitimos que lo hagan.
Favorecemos la formación de los alumnos en la toma de decisiones.
Potenciamos y valoramos la iniciativa propia, la espontaneidad y las ideas nuevas ante el trabajo.
4. ANTE LAS FAMILIAS
La escuela marista es consciente de que los educadores y los padres colaboran en la educación de los niños y de los jóvenes. Como la sociedad y la familia delegan cada vez más funciones a la escuela, desarrollamos estrategias para implicar a la familia en el proceso educativo de los hijos y en sus propias responsabilidades como padres. Por eso somos accesibles a las familias mediante entrevistas periódicas y utilizamos un lenguaje sencillo y comprensible
4.1 Una pedagogía de la educación compartida
Las familias son parte de la comunidad educativa. Por eso asumimos la dinámica de compartir la evolución del niño.
Líneas de actuación.
Favorecemos el diálogo, la entrevista y la relación informal con las familias.
Favorecemos la participación de las familias en la dinámica escolar.
Transmitimos unas pautas claras de acción en la educación de los educandos.
El Departamento de Orientación diseña un ciclo formativo con relación a las características propias de cada edad.
El Departamento de Pastoral diseña las actuaciones para compartir la espiritualidad marista con las familias.
4.2 Una pedagogía del servicio accesible.
Una de las principales características de la forma de ser educativa marista es favorecer la acogida y la atención a las familias, de esta manera, hacemos accesible el trabajo de los educadores.
Líneas de actuación.
Somos accesibles para todas las familias y mostramos una buena disponibilidad.
Somos sencillos en el lenguaje y en la comunicación.
Recibimos periódicamente a las familias, en tutoría.
Al comenzar el curso, el profesorado expone y comenta las características pedagógicas propias del nivel.
Favorecemos las posibilidades de comunicación e intentamos que sean habituales y fluidas.
5. EVALUACIÓN
La evaluación nos permite hacer un análisis de las motivaciones y las actuaciones que tenemos ante los alumnos, los compañeros de claustro y las familias.
Líneas de actuación.
Somos críticos con nuestro trabajo y valoramos si realmente cumplimos los objetivos que nos proponemos. Los cursos futuros se programan de acuerdo con la revisión hecha.
Analizamos nuestras actuaciones para ver si realmente hay coherencia entre lo que nos proponemos y lo que hacemos.
Evaluamos el grado de participación y de compromiso de la comunidad educativa en las actividades del centro.
Hacemos un seguimiento de los alumnos, de las familias y de los acuerdos tomados en equipo mediante la elaboración de entrevistas personales, encuestas, buzón de sugerencias, asambleas.
El Equipo Directivo se entrevista con el profesorado y los equipos de trabajo para captar el trabajo diario y su grado de satisfacción.